Se le miraba entre dos estatuas cuyo tamaño era exorbitante, la seriedad teñía su pálido rostro, el aire jugaba con sus largos y atados cabellos.
- ¿Qué ha pasado? -se cuestionó a sí mismo, posando su negra y penetrante mirada sobre una estatua en particular, una que no cabía duda, era su hermano mayor.